Todo lo que hay que saber para comprar oro y no ser estafado

Tan pequeño como un dije o del tamaño de una barra de chocolate mediano; más chico que una uña o casi tan grande como una mano. Desde el gramo hasta el kilo, el oro que se ofrece al público como reserva de valor adopta distintas formas rectangulares y hasta se acomoda en la pequeñez de una moneda.

Aunque es una operación algo más sofisticada que la compra de dólares, a la que los argentinos están habituados, las inversiones en oro no son algo exclusivo para entendidos. Al contrario; las dudas sobre la economía internacional y la estadounidense en particular, que estuvo al borde del default acorralada por un altísimo déficit, aceleraron la compra del metal amarillo en los últimos meses.


"A nivel minorista, notamos que se ha posicionado el oro. El público lo busca más que al euro. La demanda se multiplicó entre cinco y seis veces en el último mes", señaló a LA NACION Claudio Burelli, responsable de la mesa de operaciones de Puente Hermanos .

También en el Banco Ciudad de Buenos Aires creció la afluencia de público en busca de oro como un resguardo ante el mal clima internacional y la necesidad de convertir los ahorros que impone la inflación local. "En el último mes y medio se incrementó exponencialmente la venta al público. Pasamos de un promedio de medio kilo a 4 o 5 kilos diarios", señaló Carlos Leiza, gerente de crédito pignoraticio y ventas de la entidad.

La inversión promedio en el Ciudad, que se encarga de refinar el metal y garantizar la calidad del oro que ingresa en su mayoría a través de alhajas, se encuentra alrededor de los 20.000 pesos. "En general, el mayor volumen de venta es de lingotes de 100 gramos, aunque también hay quienes prefieren adquirir cantidad en valores chicos", señaló Juan Antonio Vassallo, experto del área que maneja el metal en el banco.

 "En algunos casos, hay clientes que pasaron de posiciones en dólares que tenían en una cuenta a oro, o diversificaron su cartera incluyéndolo", amplió Vassallo, quien equiparó la "fiebre" del último mes con lo sucedido durante la Guerra del Golfo, a principios de los 90. "Es una corrida muy importante, que no ocurrió en 2008", comparó.


El oro que se ofrece al público en distintas formas atraviesa un procedimiento que garantiza su pureza.  Foto: LA NACION / Guadalupe Aizaga
Foto 1 de 10
Este tipo de conversión de los ahorros obliga a repasar las posibilidades y condiciones del mercado para evitar complicaciones y hacer mejor los cálculos para cuando sea el momento de volver a los billetes.

Sobre la naturaleza de la inversión, los expertos enfatizan en que hay que pensar en el mediano o largo plazo -nunca menor a los seis meses- y tener en cuenta la volatilidad en la cotización.
Por ejemplo, el 1° de enero último, la onza (31,103 gramos) valía 1418,31 dólares, mientras que anteayer se había valorizado hasta los US$ 1777,3. El escenario actual, de incertidumbre reinante, ayudó a elevar la cotización un 25,31% desde el comienzo de año. Y las proyecciones para el futuro cercano son aún más altas, pero los vaivenes de la economía han demostrado su capacidad para rebatir cualquier pronóstico. Ayer, cedió 1,7% por el repunte de los mercados y hoy vuelve a operar en baja.

¿Cuáles son las posibilidades para comprar oro puro?
Se pueden comprar lingotes desde 1 gramo hasta el kilo. Los intermedios son de 5, 10, 20, 50, 100, 250 y 500 gramos. Es decir, desde un precio que oscila entre alrededor de 250 pesos y alrededor de los $ 250.000, según las variaciones de las cotizaciones recientes.
Otro de los instrumentos son las monedas, cuyos valores dependen del peso por su composición y del valor numismático de la pieza asignado por el mercado.
En Puente señalaron que los riesgos de invertir en oro de este modo conlleva el riesgo de una posible pérdida de valor. "Una caída que dañe levemente a la moneda la desmonetiza", advirtió Vassallo, de la entidad bancaria de la ciudad.

Los operadores señalaron que existe la posibilidad de adquirir certificados de depósito, sin que el comprador se lleve el oro, aunque es lo menos frecuente a nivel local.
Otra opción, algo más compleja, es comprar contratos de futuros. La compra de una onza equivale a un
contrato con un vencimiento determinado, como los que ofrece el ROFEX. De este modo, el comprador no
se lleva el físico, sino un documento por el cual cobra si el metal sube o debe sumar la diferencia si el valor resulta ser mayor.

¿De qué tipo de oro se trata?
El oro implicado en este tipo de operaciones es el de máxima pureza, de 999,9 o de 999 partes cada 1000 gramos, detallaron los especialistas.
El Banco Ciudad, por ejemplo, vende el oro que la entidad misma acuña. Claro que antes de llegar a manos del público pasa por pruebas de laboratorio donde se comprueba la calidad del metal, se clasifica y finalmente atraviesa un proceso de refinación donde adquiere la forma de lingotes de diferente gramaje. En este momento, la entidad posee unos 200 kilos, informó Vassallo.

"El oro de las alhajas no es el mismo. El de los lingotes es oro fino. Para darle dureza, al 'oro 75' (o 18 kilates) se amalgama con otros metales. Por lo tanto, en el proceso de refinación, se recupera el oro y luego se lingotea", explicó el técnico del Ciudad.
El oro también puede tener una procedencia foránea. En Puente comercializan lingotes provenientes del Credit Suisse, la banca suiza, del UBS y de la también suiza Produits Artistiques Métaux Précieux (PAMP). "Esas barras vienen en un blíster cerrado [termosellado] con un certificado que garantiza la validez", señaló Burelli.

La oferta de oro sin certificados puede encontrarse en la City porteña, en algunas casas de cambio. Por el hecho de ser más riesgosa, esta operación implica menores precios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario